jueves, 28 de agosto de 2008

Me duele

Escuchar noticias sobre secuestros de personas que tienen más de 11 meses sin estar con su familia.

Saber que en lo que va del sexenio, 85 deportistas fueron becados con poco más de 16 millones de pesos y 149 burócratas del deporte han cobrado en el mismo periodo un salario acumulado por más de 79 millones de pesos.

Saber que muchas familias se quedan sin cosechas y sin sustento porque ha llovido todo el hielo que misteriosamente desapareció de los polos.

Haberme tenido que quedar callado en una etapa de mi vida cuando conocí tanta gente tan maravillosa y se hacían planes para visitarnos los siguientes veranos en el país de cada uno.

Tener que pagar el sueldo de maestros que el primer día de clases del calendario escolar dejan las aulas para manifestarse en contra de su sindicato.

Ver padres de familia que difienden a sus hijos por ser groseros, holgazanes, berrinchudos, abusivos y contestones porque es mejor tener un ladrón, vividor y maleante antes que un niño traumado.

Saber que a pesar de tener niños académicamente (me ví benevolente) mediocres e inútiles, no pueden ser reprobados por los profesores.

Ver niños gordos con los dedos y labios coloreados de las porquerías que se llevan a la boca en lugar de alguna fruta.

Darme cuenta del poco amor que tiene la gente por esta tierra que le ha dado la vida, así como a sus hermanos, a sus padres, a sus abuelos, a sus hijos.

Conocer gente que tiene que trabajar a más de una hora de distancia de su domicilio para ganar un sueldo que apenas le alcanza.

Reconocer que yo mismo he sido parte de la corrupción e impunidad al ofrecer dinero para que no me infraccionen por no traer pegado el mentado engomado del carro.

Que la gente se queje pero no haga nada, o peor, critique a quien quiere hacer algo y lo tilden de loco idiota que no sabe.

Que no sé si mis amigos me acompañarían a vivir la caminata del sábado por la noche en lugar de enterarse por radio o tevé.

Esperar el 15 de septiembre por el puente sin saber qué lo motiva.

El saber que seguimos pensando que transando se avanza.

Que no tengamos algún héroe y abunden los cobardes, separados los unos de los otros y nos preguntemos como llegamos hasta este punto.

Ver el daño que le hemos ocasionado al planeta en tan poco tiempo.

Poder ver únicamente por televisión o en fotografías las imágenes de animales tan hermosos y perfectos que están siendo cazados hasta la extinción.

Ver que somos el sesudo animal del planeta que tienen un hambre insaciable que le impide darse cuenta que no es proporcional su consumo al de la renovación de los recursos.

Imaginar siquiera los enormes presupuestos que se invierten en armas, barreras, segregación, destrucción, cuando se jactan los países de aportar algunos cientos de millones a la investigación de la cura de enfermedades, de brindar ayuda a la gente que muere de hambre en el contienente negro, a la preservación de las especies y zonas naturales.

La panza por comer tanto justo el día que me tomé el desparasitante.

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