lunes, 17 de mayo de 2010

A volar


Con los pinches empleados que llegan a los trabajos a hacer lo que quieren, como quieren y cuando quieren.


Resulta que el pellejo mensajero a tres semanas de entrar a trabajar se enoja porque se la paga el día acordado... A chicotes pues me hubiera dicho antes y hasta le hago el súper... Encima de eso deja de hacer trabajo como represalia.


O sea ¿¿¿Qué chicotes le pasa??? Además de eso se pone a llamar por teléfono para hostigar a sus empleadores, o sea a mí ¿pues qué le pasa a este rufian? No tiene respeto ¿Qué yo le estoy llamado a mitad de la noche para reclamarle por no hacer algo que es parte de su trabajo? ¡Pellejo este!


No tuve de otra que pedirle que reflexionara sobre eso y que mañana le informara a la persona adecuada sobre seguir aquí o irse a buscar un trabajo donde pueda hacer lo que quiera, que le paguen el día que él diga y en la forma que él diga. Por mí que vaya a chiflar al monte,


¡¡No marcheeees!! Por mí le daba una patada en el trasero pero con su desempleo creo que le bastará, todavía muy sabroso dice que en este momento firma su renuncia... no papito, perdóname pero no y como eres [...] no sabes que hay procesos e instancias así que eso se lo comunicas a la persona responsable de esos menesteres.

Sí, estoy encamionadísimo pero es que no me chifles con esta gente que no tiene respeto por su trabajo ni por la gente que integra el equipo. ¡Perplejo, por gente como esa es que no mejoran las familias!

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