lunes, 12 de enero de 2009

120109

Un año nuevo ha comenzado y en verdad que lo recibí bien. Decidí salir de la ciudad y enfrentarme al pasado, al pasado de hace dos años cuando pretendí hacer mi primer viaje de gran distancia en automóvil pero que se vio frustrado cuando un trailero me arrastró junto con 6 autos más justo antes de la caseta de San Martín para llegar a Puebla. Triste, frustrante y molesto resultó dicho suceso.

En fin, 2 años después, recién graduado y con mi proceso de preparación para volverme un asesor profesional en seguros iniciado es que nuevamente pongo la vista y el deseo en el sureste, específicamente en Campeche. Así pues es que una tarde después de una cita en Polanco es que me encamino hacia Villahermosa como mi primera escala.

En esta primera parada de mi recorrido no pude apreciar lo mucho que tiene que ofrecer, sin embargo me di cuenta que Tabasco es un estado con una gran riqueza natural que como muchas otras cosas del país, está allí, desperdiciada, con su potencial mirando pasar el tiempo y las personas. Pasé la noche allí en un hotelito del centro que me pareció justo lo que pagué por lo que recibí a cambio, algo solo para dormir. Aún así sacudí la cama antes de dormir y dejé mi maleta sobre la mesa, no quería llevarme algún pasajero de forma desapercibida, de la misma forma sacudí mis tenis por la mañana antes de ponérmelos, nunca está de más.

Temprano al otro día partí con rumbo a Carmen, dos horas y media después con toda calma y disfrutando del hermoso paisaje nublado pero iluminado que me permitió apreciar distintos tonos de verde y reflejos de luz en el agua de los pantanos, llegué a mi destino. Jamás había cruzado un puente sobre el mar y en verdad es impresionante verlo unir a la isla por uno de sus extremos al resto del continente. Quizás haya puentes más grandes pero este era el primero que cruzaría en mi vida.

Me encontré con mi querido amigo Rafa y conocí a su hermano. Me llevaron a desayunar, muy rico una torta de algo como carnitas, con salsa de aguacate y salsa verde de habanero, yom yom, riquísimo. Estuvimos paseando y conociendo la isla, que vive del petróleo. Afortunadamente no hay un desarrollo turístico en forma, hasta ahora y me gustaría que siguiera así porque sin temor a equivocarme, Carmen tiene uno de los mares más bellos que haya visto, con blancas arenas formadas por millones de conchas de animales marinos, un agua azul intenso y transparente que permite ver cerca de 50 cms. de profundidad con total claridad.

Un par de días después fuimos a Chaipas, en Catazajá conocí a Doña Tila, que cocina unos deliciosos tamales de frijoles que no recuerdo su nombre pero estaban mmm riquísimos. Sus nietos son unos chicos fabulosos, con toda la chispa y energía que te da la adolescencia, sus hijas amables mujeres con quien puedes platicar como si las conocieras de tiempo atrás. Gracias a todos.

Me llevaron a conocer Agua Clara que está 10 kms. antes de Agua Azul, en El Salvador, Municipio de Comandanta Ramona (sic). Es el mismo río con esa mágica agua de tonos azules con sedimentos de piedra caliza que le da la apariencia lechosa. Es un lugar hermoso y poco conocido por fortuna. También conocí Palenque, me pareció sencillamente majestuosa. Gracias Don Rafael por llevarnos, aprecio mucho su amabilidad y gentileza al recibirme en su casa.

Tengo muchos más recuerdos de lugares fantásticos como Edzná y Puerto Real, el volver a ese álbum de mi mente me entusiasma y me tranquiliza. Claro que sí, regresaré.

Es así que una semana después, regresé disfrutando enormemente las curvas del camino entre Córdoba y Orizaba, alucinando los mosquitos chaquistes que no ves pero como fastidian, habiendo pescando por vez primera y efectiva en mi vida, habiendo visto un alacrán en vivo y a todo color en una de las habitaciones del hotel de Catazajá (vaya que sorprenden y amedrentan cuando no están detrás de una vitrina), habiendo comido delicioso en Champotón y haberme asombrado en Edzná por lo que alguna vez hace muchos años fue. Después de haber disfrutado la compañía y amistad de amables personas con quienes compartí los primeros días de este año. Gracias de verdad a todos por el hermoso regalo de sus personas.

Les dejo una foto de mi chica, fiel acompañante que contrasta su lindo tono sintético con el hermoso Golfo de México.

Solo 10 horas y un poco más de 1000 kms. que recorreré de nuevo, y más allá.

1 comentario:

melaNGe dijo...

Es increíble que hayas conocido esa región de la República Mexicana. Antes de Villahermosa hay una zona arqueológica llamada Comalcalco, aparte se dedican a la producción de cacao.
Y las curvas son de Córdoba hasta más allá de Orizaba, antes de la salida a Oaxaca que ya se considera como Puebla. porque de Córdoba a Orizaba no hay curvas, jajaja. ¿qué tal las curvas de Coatzacoalcos a Villa, existen?