miércoles, 1 de octubre de 2008

011008

Recién ví a tus hermanos y a tu papá nuevamente, un año después, cuatro años después.

Cuatro años después aún recuerdo esa llamada, cuando me dijeron algo que me parecía irreal. Colgué y marqué inmediatamente a tu hermano para que me confirmara esa noticia. Esa noticia. Tres horas después ya había llamado con todos y con todas, no sé como pero incluso logré hablar con esa chica que tanto quisiste.

No fue sino hasta otras tres horas más que llegamos para encontrarte, y tú, ahí, tan tranquilo, como si nada. Poco a poco los demás fueron llegando, poco a poco todos decían que debíamos vernos más seguido, que no dejáramos pasar tanto tiempo para volver a contar las anécdotas de hacía algunos años, para recordar la primaria, la secundaria, la preparatoria y el final de los estudios universitarios, quienes habían terminado ya.

Hoy, cuatro años después, aquí me tienes, escribiéndote por primera vez desde entonces. Cuatro años después y he visto apenas hace una hora a las mismas personas que el año pasado, quizás menos y es que no llegué a la iglesia porque estaba haciendo examen. Pero estoy seguro que hay menos que las que había hace dos años, aún menos que hace 3 años cuando nos sorprendíamos de lo pronto que pasa el tiempo. Pero más pronto pasamos nosotros, más pronto de lo que borra el viento una línea en la arena, pero la arena no tiene memoria.

Han habido días en que me acuerdo de ti, han habido días en los que no, pero de cualquier modo me quedo con muchas dudas y preguntas que quisiera hacer, tengo dudas, solo imagino tus razones. Te he extrañado, me he sonreído recordando tus comentarios, tu acidez, tus ocurrencias, tu falta de sinceridad, tu parcialidad, tú finalmente.

Perdóname, hace ya mucho tiempo que pasado desde la última vez que te visité, desde la última vez que te llevé flores. Hoy que desperté y durante el día estuve pensando en lo que había cambiado desde entonces en mí, como yo he cambiado desde entonces, te dediqué todas las cosas que hice hoy, todas las hice acordándome de ti. También a ti te debo estar aquí, gracias a ti y a lo que me diste cuando compartimos muchas, pero tan pocas cosas como quizás pudimos seguir haciéndolo.

Hasta entonces amigo, hasta que nos volvamos a ver, hasta ese momento seguiré acordándome y platicando de ti como ese amigo excepcional.

Chau perro bravo.

No hay comentarios: